Mi querido profesor

Hay personas que pasan por tu vida y ni recuerdas su nombre, otras "quedan" para siempre en tu corazón.

Este post va dedicado a mi querido profesor de diseño.

Solo tengo un cuatrimestre cursando la carrera de diseño de interiores y ya me identifico con un profesor que hace su trabajo con el corazón.

Me ha enseñado cosas que jamas pensé iba a hacer y sigue inyectando dosis de esperanza en todos sus estudiantes.

Esa fe y manera de enseñar deja sus frutos en cada cuatrimestre y materia que le toca impartir.

Ya había escrito en un post anterior que las reglas y yo no somos muy amigas pero poco a poco he ganado confianza y agilidad en los dibujos que realizo, todo al esfuerzo y perseverancia que Dios me ha regalado y segundo por lo paciente que es mi querido profesor.

He tenido profesores muy buenos pero algunos enseñan usando como arma de doble filo "la presión". Los objetivos y resultados se ven de manera inmediata: trabajos excelentes, mas empeño y dedicación por parte de los estudiantes y por ende buenas calificaciones pero durante el proceso de construcción de los conocimientos, las personas tienden a mortificarse, desanimarse y ya en última instancia aborrecer el proceso. El disfrute que debe existir en todo lo que hacemos llega a suplantarse por la presión.


Un trabajo de tiempo...

Es increíble el como imparte clases desde la mañana hasta las seis de la tarde y en cada materia refleja la frescura de un nuevo amanecer.


Le doy gracias a Dios de darme la gracia de que personas tan especiales, tenga la oportunidad de tratarlas y aprender todas las cosas buenas que tienen por enseñar.