Al pensar en mi niñez y en la manera en que mi querida madre me educo, solo me queda por afirmar que tuve una infancia feliz.
Cuando dejas al niño ser en lo que su condición de infante implica. Jugar, tirarse al piso, comer su poquito de tierra, experimentar con las flores, los huevitos de lagartos y caracolitos llamados babosas, bañarse en el aguacero aunque sea un dia, dejarlo que haga sus cocinaitos con sus amistades, que estudie lo que que desee en cuanto a actividades culturales, artísticas o deportivas.
Sobre todo, lo mas importante el amor que se desarrolla desde que ese ser humano se concibe en el vientre de la madre y va creciendo en cada nueva etapa del niño.
Los valores que las buenas familias saben inculcar así como las buenas relaciones familiares determinarán el futuro en la vida adulta.
El grado de comprensión y las estrategias que utilizo en mi desempeño diario como profe de inicial la saco de esas experiencias felices vividas en los primeros años de mi infancia.
En nosotros esta que nuestros niños posean una vida plena y feliz.
1 comentario:
Esto me recuerda a Randy Pausch en su ultima conferencia: "Mi infancia fue muy buena, y no es broma. Revise los archivos familiares y no encontre ninguna foto en la que no estuviera sonriendo." Jajaja, deberian de verlo, el tipo hace llegar: http://www.youtube.com/watch?v=e0ZwxhFUAOo
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