jueves, agosto 14, 2008

Impulsos


Aquella chica joven, delgada, hermosa de 22 años con una inmensa creatividad por explotar lo tenía todo menos el ascenso tan soñado en su trabajo donde tenía varios años.


¿En qué había fallado?




Era su inquietante pregunta. Pensó en todo. ¿Habré faltado a mis compañeras? ¿No tengo las suficientes actitudes? ¿Mi apariencia, la habré descuidado? ¿O sera que debo cambiar de trabajo?

Un mar de preguntas con una sola respuesta, la cual desconocía hasta el momento.

Lo que no recordaba y no había tomado en cuenta era que aveces cuando la saludaban, ella se quedaba entretenida en sus asuntos. Su jefa la llamaba y tenia esta que decirle su nombre tres veces. Muchas veces hacía una cosa por otra y así sucesivamente.


¿A caso era distraida, comparona o tonta?
¿Qué había mas allá de todo esto?

Con tres meses de edad recibió el impacto que la marcaría para toda su vida. Su madre la cargaba y un señor que se encontraba por el lugar en esos momentos dejo escapar un un tiro de su pistola. Como no estaba tan lejos de la bebe, el ruido fue tan fuerte que causo un daño en la audición de la pequeña.


No fue hasta los 19 años que descubrió el por que de mucho de sus problemas. Aun así le costo aceptar su condición hasta que un día, una buena compañera de trabajo le dijo:

Sabes, se que de seguro te haz preguntado una y otra vez sobre el por que no te dieron ese ascenso que tanto haz soñado. Cuando te saluda cualquier cliente no respondes. La jefa te llama y a la tercera es que escuchas y por si fuera poco, en muchas ocasiones no entiendes los mandatos y haces una cosa por otra. Creo que tienes problemas con la audición y debes buscar ayuda.





Dos lágrimas salieron de sus grandes ojos color café, gracias. Todo este tiempo he huido de esta realidad que me persigue y forma parte de mis días. Quise vivir ignorando la situación de mi audición. Cuando me diagnosticaron el problema, me recetaron un aparatito pero no quise por que tenía temor a verme ridícula o que se burlaran de mi. Creí que era algo simple y que solo era cuestión de poner un poquito mas de atención pero estaba equivocada y tu me haz mostrado la verdad de la que siempre me he escondido.



Así como esta chica, existen miles de casos con diferentes vertientes. Aceptar que se tiene un problema es difícil y la salida solo se encuentra en nuestras manos.

La impulsividad solo trae problemas y destruye vidas inocentes.

Observa, analiza, no emita juicios y ayuda a los que se encuentran en tu entorno. Una actitud puede ser mas de lo que piensas, la vertiente de una enfermedad o problema sicológico.

Nunca es tarde para empezar. A las ocho de la mañana su cita con el otorrino, definitivamente se iba a poner el aparatito. Un gran mundo por descubrir le esperaba.

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