Sonrie a la camara!
Sin querer te encuentras navegando en un mundo de rostros vestidos de tristeza, alegría, timidez, coqueteria, sensualidad, tranquilidad, curiosidad...
Diferentes espacios divididos por tierras, océanos y noches.
Buscando placer, amor, amistad o quizás dejarse llevar de las corrientes tibias del estar por estar.
De pronto empiezas a hablar, al leer la típica pregunta de todo encuentro casual: ¿Cómo te llamas? haces una pausa por unos segundos para decidir si entrar o no en ese circulo vicioso del conocimiento del cual nunca terminamos de entender a la persona.
Así es que comienza todo, luego, unos minutos y lo que inicio con un saludo amistoso puede desaparecer en la nada del tiempo o permanecer mientras la magia no pierda su encanto. Uno o dos entre mil son los que se quedan, convirtiéndose así en amistades verdaderas o mas que eso, nunca se sabe.
El caso es, que estamos aquí. Navegando entre ideas, pensamientos, deseos con un solo objetivo. Encontrar un pedacito de felicidad que nos haga sentir con vida.
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