Carta al principito

Querido principito

Del mundo de los grandes te escribo mi carta. No es fácil encontrar seres extraordinarios en un planeta lleno de negociasiones, autoridades, vanidades, vicios y egoísmos. Cada quien esta pendiente de sus cosas y las quejas de falta de tiempo se venden a 2 x 1 en cualquier esquina.

Al igual que tu tengo mis rosas y ellas son mis mejores amigos. No es fácil cultivarlas logrando que crezcan sanas del veneno de las cosas sin importancias que pueden remediarse con el agua del perdón. No te puedo negar que mi mayor miedo es perderlas algún día. No se que pasaría si me tocara estar lejos de ella.

Se que tu mas que nadie comprende el valor de las pequeñas cosas. Esos detalles que pueden marcar la gran diferencia en una vida. Esos que me hacen quererte y que en aquellos dias hinoptizaron mi corazón para en ese entonces enamorarme de ti.

Mi pequeño príncipe, no quisiera dejar que la niña que aun vive en mi muera en la rutina de las responsabilidades adultas por que entonces dejaría de ser yo. Tengo tantos sueños que necesitaria toda una isla para guardarlos y vivirlos día a día.


Mi carta va dirigida a ti de manera exclusiva y especial pero también a todos aquellos que poseen sencibilidad de ese mundo que muy pocos ven. Solo aquellos que se dedican a las flores de su interior y dejan crecer libremente la espiritualidad, valorando la sencillez, auntenticidad, inocencia y el amor.

A ustedes mis queridos lectores a los cuales le he dado el permiso de leer este escrito les recomiendo buscar ese príncipe o princesa y haganse su mejor amiga o amigo. Si se cansan en la búsqueda y no lo encuentran es por que este habita dentro de sus corazones esperando ansiosamente que le des libertad.

Ya se que casi no hay tiempo pero no dejes para ultimo lo que verdaderamente importa. Aveces resulta muy tarde cuando al fin nos decidimos a decirle te amo a esas personas que tanto apreciamos.


Si, mi querido principito te extraño mucho y no sabes como me duele encontrar personas que se ocupan de despreciar lo que verdaderamente vale que no ven mas que apariencias. Por suerte ellas solo pasan y como todo lo que no tiene importancia, desaparecen sin dejar rastro alguno.


Te quiero muuuuucho y espero algún día verte otra vez. Mientras tanto mirare las estrellas y sonreiré pensando en los momentos felices que pude compartir contigo.