Allí estaba, en el silencio de la madrugada escuchando el propio grito de su interior. Ya no sonaban las melodías de la canción de Gloria Trevi transformada en merengue, ni la bachata de Frank reyes ni la salsa de Gilberto Santa Rosa que unidas todas habían hecho desvelar a una comunidad entera de personas.
La mujer que se había negado a todo tipo de ayuda , consejo, tratamiento sicológico refugiándose en el alcohol y el cigarrillo se desmoronaba en llantos en la galería de su casa.
Se sentía sola, triste, desamparada ante el vacío de su realidad. Dejo a un lado las canciones para cantar al mundo lo desdichada que se sentía, ya no era la reina de la noche, no lucia tacones estaba descalza. Vio dentro de si misma y se dio cuenta de que no era tan bella. Lo peor de todo es que nadie la miraba, mucho menos la escuchaba.
Cuando nadie nos ve, lejos de los sonidos y ruidos cotidianos, los fantasmas de nuestros errores suelen despertarse reclamando lo que dejamos de hacer, escuchar o actuar. Tantas veces alejamos a Dios de nuestras vidas poniendo en su lugar un mundo de cosas.
Poco a poco nos vamos quedando sin tiempo para nuestra familia, los amigos que nos advierten lo correcto se convierten en nuestros peores enemigos. El dinero que puede comprar tantas cosas; Las pastillas que suelen calmar el dolor mas intenso ya no sirven de nada cuando se llega a lo mas bajo de la depresión.
Es mas fácil callar la voz de nuestra conciencia con un teléfono, una televisión, una música a todo volumen y una comunicación con otras personas que en vez de ser diálogo son monólogos donde nos negamos a escuchar al otro.
Hoy era ella que estaba ahí. Sus propias decisiones la habían llevado hasta ese estado de locura. Era hora de pedir ayuda dejando a un lado el orgullo y la terquedad que cegaron su vida por tanto tiempo, sentía miedo de cómo escapaba su vida.
Ese encuentro con nosotros mismos solo es posible, escuchando la música del silencio que es vital para el ser humano. La voz de Dios se encuentra en todo lo bello y hermoso; no en los escándalos, desordenes y bullicios. La lluvia, la sonrisa de un amigo, la voz de una persona amada, el canto de la naturaleza son alimentos que van reafirmando el alma a medida que abrimos los oídos del corazón.
Eran las 4:30 am, una de las vecinas mas humanas del barrio toco su puerta, esta había sido su amiga por tanto tiempo y ella ensimismada en su propio mundo materialista se negó tantas veces a escuchar sus consejos. En esos momentos volvió a recibir la mano de Dios transformada en amiga y prometió buscar ayuda siquiátrica pues el radio escandaloso que lucia apagado ya no dejaba de sonar en su cabeza.
La mujer que se había negado a todo tipo de ayuda , consejo, tratamiento sicológico refugiándose en el alcohol y el cigarrillo se desmoronaba en llantos en la galería de su casa.
Se sentía sola, triste, desamparada ante el vacío de su realidad. Dejo a un lado las canciones para cantar al mundo lo desdichada que se sentía, ya no era la reina de la noche, no lucia tacones estaba descalza. Vio dentro de si misma y se dio cuenta de que no era tan bella. Lo peor de todo es que nadie la miraba, mucho menos la escuchaba.
Cuando nadie nos ve, lejos de los sonidos y ruidos cotidianos, los fantasmas de nuestros errores suelen despertarse reclamando lo que dejamos de hacer, escuchar o actuar. Tantas veces alejamos a Dios de nuestras vidas poniendo en su lugar un mundo de cosas.
Poco a poco nos vamos quedando sin tiempo para nuestra familia, los amigos que nos advierten lo correcto se convierten en nuestros peores enemigos. El dinero que puede comprar tantas cosas; Las pastillas que suelen calmar el dolor mas intenso ya no sirven de nada cuando se llega a lo mas bajo de la depresión.
Es mas fácil callar la voz de nuestra conciencia con un teléfono, una televisión, una música a todo volumen y una comunicación con otras personas que en vez de ser diálogo son monólogos donde nos negamos a escuchar al otro.
Hoy era ella que estaba ahí. Sus propias decisiones la habían llevado hasta ese estado de locura. Era hora de pedir ayuda dejando a un lado el orgullo y la terquedad que cegaron su vida por tanto tiempo, sentía miedo de cómo escapaba su vida.
Ese encuentro con nosotros mismos solo es posible, escuchando la música del silencio que es vital para el ser humano. La voz de Dios se encuentra en todo lo bello y hermoso; no en los escándalos, desordenes y bullicios. La lluvia, la sonrisa de un amigo, la voz de una persona amada, el canto de la naturaleza son alimentos que van reafirmando el alma a medida que abrimos los oídos del corazón.
Eran las 4:30 am, una de las vecinas mas humanas del barrio toco su puerta, esta había sido su amiga por tanto tiempo y ella ensimismada en su propio mundo materialista se negó tantas veces a escuchar sus consejos. En esos momentos volvió a recibir la mano de Dios transformada en amiga y prometió buscar ayuda siquiátrica pues el radio escandaloso que lucia apagado ya no dejaba de sonar en su cabeza.
5 comentarios:
Wow!!! Por FIN! Espero que el orgullo no la vuelva a dominar y acepte la ayuda que todos le quieren dar (Pues claro, para poder dormir).
Esther, seguro ya te acostumbraste a la musica, el silencio no te dejara dormir por un tiempo. jejejeje
Aunque no hayas dormido mucho hoy, sera un dia de tranquilidad para ti.
Besos y dulces proximos sueños
FELICIDADES PRIMA!!!!ESTA BUENISIMA TU REDACCION, SOBRE TODO TE FELICITO PORQUE ELLO REFLEJA LA ABUNDANCIA DE TU CORZAZON...SIGUE ESCRIBIENDO COSAS COMO ESTA...ES UNA BUENA FORMA DE LLEGAR A TUS SERES QUERIDOS Y A AQUELLAS PERSONAS QUE SE NIEGAN A ESCUCHAR BUENOS CONSEJOS JUSTAMENTE POR ESTAR EMBUIDOS EN UN MUNDO MATERIALISTA Y SUPERFICIAL...BESOS!
¿Te digo algo? Cada vez que entro en tu blog superas un post anterior. Me encanta leerte siempre que puedo, mi dulce amor.
Espero seguir escuchando esa música en el silencio.
Besos!!
Hermanita: Me encanta la forma en que escribes. Muy humana tu publicación. La depresión es un flagelo que afecta a muchas personas, sobre todo a mujeres y por lo general la padecen las personas con grandes vacíos espirituales. En cuanto al silencio, es importante para ponernos en contacto con lo divino dedicar espacio en ese vacío que es la ausencia de sonidos. Hasta el Maestro lo hacía.
Gwaoooooooooooooo! pero que agradabe leer este post. Justo ahora mismo estoy inmerso en un silencio casi sepulcral, me parece la antesala de lo que describes (en la parte del silencio) ... cuando las personas irrespetan nuestro espacio vital, al final terminan tocando fondo.
No se como la vecina tuya pudo recapacitar, la soledad tal vez? es probable. Si descubres la formula, no dudes en compartirla conmigo por que mi asaroso vecino me tiene al cojer el monte, jajajajajajajaja, que es mucho decir.
Un abrazote, me gustó mucho este post.
Te abrazooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!
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